Relatos de la Fábrica: Tres Conflictos y Una Conversación

Zaozao (Relatos de la Fábrica #8, 11|2014)

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Primer conflicto: Al retornar después de asistir otra línea de producción, no habían suficientes personas ni para mantener la nuestra propia. Solo éramos tres de nosotrxs en nuestra estación de trabajo, pero se requerían por lo menos cuatro personas para su funcionamiento. Poco después de empezar la línea bajo estas condiciones, la líder de línea Z se apresura gritándole a nuestro instructor: “¿W, sabe a qué volumen de producción está? ¿Sabe qué tan poco está usted produciendo?” W se puso muy nervioso y no sabía qué responder así que yo intervine: “¿Usted quiere volumen de producción pero no se molestó en verificar cuántas personas están en la línea? ¡Ni siquiera hay suficientes personas acá, usted tiene a la misma persona, primero trabajando en esta estación y después en esa, y todavía está exigiendo más volumen de producción?!” Después de escuchar esto, Z bajó su tono pero continuó hablándole al instructor bruscamente: “¿No hay suficientes personas? Si ese es el caso, ¡lo debió haber dicho antes!” Poco después alguien vino a ayudar.

Segundo conflicto: Cuando nuestro instructor W se estaba tomando un descanso, un instructor llamado L vino de otra línea para substituirle por un rato. Fue poco después de comenzar el trabajo de nuevo pero los materiales aun no habían llegado, así que nosotrxs tres nos sentamos y comenzamos a charlar. L se apresuró con una expresión austera. Ella hablaba de una forma seria y a pesar de que no nos estaba amenazando asi lo senti: “Ustedes deberían tener un poco de cuidado, alguien de administración podría venir. Si ven que ustedes no tienen nada que hacer, reducen el número de personas en la línea y al final ustedes serán lxs que sufren”. Yo estaba muy furiosa porque no era nuestra culpa que no tuviéramos nada que hacer, así que le dije con algo de brusquedad: “Claro, reducir el número de personas en la línea, solo hay tres de nosotros ahora mismo. Necesitamos una persona para operar la máquina, una para que pase los materiales y dos más para empacar, ¡cuando solo hay tres de nosotrxs! Por supuesto que se puede reducir el número de personas, pero no nos culpen cuando no puedan terminar los productos.” Ella parecía enfadada y ansiosa al mismo tiempo: “No estoy solo hablando de ustedes especificamente. Han venido recortando el número de empleadxs ultimamente, ustedes también deberían ser cuidadosxs, no les hagan pensar que hay muchxs de ustedes. Me puse mucho más furiosa -Ni siquiera habían suficientes personas, así que cómo nos iban a reducir todavía más, así que finalmente dije: “Las cosas son como son, yo no puedo hacer nada al respecto, si quieren reducir el personal no podremos trabajar. ¡Siempre depende de ellxs el decidir si van a recortar o no!” X, que estaba de pie a mi lado, mantuvó halándome de la manga para que me callara, pero no paré. ¿Por qué debería? ¿Qué dije que estaba mal? Yo no estaba discutiendo, ¡yo solo estaba clarificando las cosas! L no dijo nada más – simplemente se fue.

Tercer conflicto: Ultimamente no se nos había asignado ningún trabajo después de nuestro turno, y al principio parecía que hoy no sería diferente, pero justo cuando nos alistábamos para finalizar el día, el instructor W de repente nos dijo que deberíamos hacer una hora más de sobretiempo. Las personas de nuestra estación dijeron que no iban a hacer la hora de sobretiempo porque no valía la pena. A pesar de que W nos empujaba a que hiciéramos sobretiempo, continuamos negándonos. X ya había sacado nuestra basura. Y después de sacar la basura normalmente no se retorna al área de trabajo; basicamente se está fuera del trabajo.

No mucho después de que X se marchara, la líder de la línea Z vino gritando agresivamente, “¿Quién no está haciendo el sobretiempo?” Yo estaba de pie al lado de ella cuando le dije enseguida: “Nadie va a hacer sobretiempo”. Ella me miro de reojo como diciendo, “¡No le estoy preguntando a usted!” Me dije a mi misma, “Mierda, si no quiere una respuesta entonces no debería preguntar y todxs nos podríamos ir a casa”. Entonces ella se volteó hacia D, que estaba de pie junto a mí, y le preguntó, “¿hará usted sobretiempo?” D ya tenía planes y dijo que nó. Cuando ella se volvió hacia a mi, pretendí que no la vi, así que ella fue hacia la posición de la máquina y le pregunto a H, el operador de la misma, si aceptaría sobretiempo, pero él se negó también. Entonces de repente me gritó, “Señorita, solo porque usted no tiene una familia que mantener y no tiene que ganar dinero, no significa que otras personas no tengan que hacerlo, ¡así que no debería incitarles!” Cuando escuché eso me prendí: “¿usted les preguntó si los incité? ¿Usted cree que yo podría hacer eso? ¡Ellxs no son niñxs, ellxs son adultxs! Ellxs deciden si quieren hacer sobretiempo; ¡no tiene nada que ver conmigo!” Pero ella no quería mostrar debilidad ni que la callasen facilente, así que dijo, “Si usted no quiere hacer sobretiempo solo puede representarse a sí misma, si está incitando a otros entonces de acuerdo a las regulaciones de la fábrica…” La interrumpí: “¡SOLO me represento a mí misma! ¿Es eso algún problema?” Pero ella no me iba a escuchar y continuó: “Si no quiere hacer sobretiempo, dé su nombre y su número de trabajo al instructor y eso será todo.” Le dije, “Seguro, estaba haciendo eso mismo cuando usted irrumpió haciendo preguntas. Ya hemos recogido las cosas y le hemos dejado saber, ¿así que cuál es el problema ahora?” Eso la calló y se marchó. Yo estaba aun un poco enfadada, así que le gritaba por la espalda, “¿Yo estoy incitando a la gente? ¿Cuándo tengo yo la capacidad de incitar a las personas? Usted es la líder de línea y ni siquiera USTED tiene esa habilidad, ¿así que cómo soy yo capaz de hacer eso? Si yo fuera capaz de incitar a cualquiera no sería solo acerca del tema del sobretiempo. En serio, ¿como puede alguien que habla sin pensar, llegar a ser líder de línea de todas formas?”

Una conversación: Luego de estas confrontaciones, La líder de línea Z fue particularmente respetuosa conmigo –por lo menos no me gritó más, pues al contrario me hablaba amablemente. Un día, me llamó al escritorio del computador para hablar. Cuando pregunté cuál era el problema. Ella respondió que no había problema, solo una pequeña charla. Ella me preguntó mi edad, de dónde era, si estaba casada. Le respondí sus preguntas una por una, pero me sentí un poco confundida, y olvidé preguntar por qué me había llamado. Finalmente me preguntó si quería estar en la fábrica por un largo tiempo. Yo dije que no, de pronto voy a casa más temprano que tarde. ¿Y después de eso? Bueno entonces retornaré y conseguiré otro empleo.

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